martes, 21 de junio de 2016

Parada temporal + Romance a la imaginación

Hola, navegadores de internet:
Vengo a deciros que me encuentro en un momento de Stand By a lo que las entradas del blog respecta (no me matéis, DEJAD QUE ME EXPLIQUE), pero es NO significa que no esté escribiendo.
No sé si os acordaréis de una historia que subía por partes allá por el siglo III y lo dejé a medio porque no me convencía (Cuando Despiertes). Pues me ha venido a la cabeza estos días una idea mucho mejor a mi parecer  y con mayor capacidad de ser desarrollada, creo que puede dar mucho más de sí que la anterior, ahora las cosas tienen mayor sentido y están bastante mejor justificadas, además de que para cada detalle me estoy documentando para que la parte real sea verídica.
Lo estoy enfocando casi como libro, pues estoy introduciendo bastantes personajes y reflexiones que dan a conocer sus personalidades mucho mejor, de tal forma que llevo 3 días escribiendo sólo la primera parte que subí y me ha ocupado muchísimo más, además que he introducido más problemas, más giros de acontecimientos, y sobre todo, ese momento del principio que te deja en shock necesarios en cada cuento que escribo.
Pero para que no os sintáis decepcionados, os dejo aquí un romance si se puede llamar así que hice en 1º de Bachillerato en honor a la imaginación, que lo presenté al típico concurso literario. Antes me parecía increíble, pero ahora lo veo bastante mediocre y aburrido, pero bueno, me da mucha nostalgia y me identifico porque me considero (y me consideran) muy imaginativa. En fin, espero que lo disfrutéis, al menos la rima asonante está.
Poco frecuente de hallar,
ineficaz en algunos,
herramienta útil en otros.
Planea por el cielo oscuro,
un rastro inspirador deja
va a mí como un rayo puro.
De pronto algo en mí se enciende
 creo en mi mente mundos,
todos son tan parecidos
pero a la vez tan únicos.
Bosques frondosos,  mágicos,
magos, hechiceros, faunos,
lagos y mares verdosos
todos siempre tan profundos.
Sirenas, peces espada,
calderones vagabundos.

También villas medievales,
un verdugo despiadado
a los criminales mata…
¡los pobres tan desdichados!
Juglares trovadorescos
por las calles van cantando
historias de princesas
sufriendo por su amado.
Mitología clásica,
ninfas del bosque, centauros,
Atenea, Hades,  Zeus,
Los tres dioses alabados.
Planetas inexplorables,
Universos estrellados,
todos ellos tan hermosos
pero por siempre alejados.
Noto la luz apagarse,
 y queda todo ocultado.
Aterrizo en tierra firme,
sin prisa voy tanteando,
lentamente reconozco
esta tierra con mis manos.

¿Esto es la cruda realidad?

martes, 7 de junio de 2016

M´ aburro.

Buenos días lectores y lectoras.
Tengo que contar una manía extraña por la que me ha dado estas semanas que estoy un poco más libre de los exámenes, que consiste en memorizarme poemas cual cría de 4º de primaria. Pero es que de verdad, hay ciertos poemas que merecen la pena memorizar. Sobre todo rimas de Bécquer. Tengo un libro que me vino por herencia de mi abuelo que son las obras completas de Bécquer, en una edición de 1945, con páginas delgadas y suaves, y un olor de esos profundos de libro que me pasaría con las narices metidas en él de por vida. 
Y, ¿por qué os estoy contando esto? Por nada,  simplemente no tengo nada mejor que hacer, y creo que no está mal que lo cuente por aquí para que veáis lo rarilla que puedo llegar a ser.
 Ya de paso os pongo un poema que me gusta mucho por el poco sentido que tiene (es surrealista), y aun así lo muchísimo que expresa,  que se llama Ciudad Sin Sueño, de Federico García Lorca. (Este no me lo memorizo, este lo leo, que conste, a tantos extremos no llego).

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. 
No duerme nadie. 
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas. 
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan 
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas 
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros. 

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. 
No duerme nadie. 
Hay un muerto en el cementerio más lejano 
que se queja tres años 
porque tiene un paisaje seco en la rodilla; 
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto 
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase. 

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! 
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda 
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas. 
Pero no hay olvido, ni sueño: 
carne viva. Los besos atan las bocas 
en una maraña de venas recientes 
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso 
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros. 

Un día 
los caballos vivirán en las tabernas 
y las hormigas furiosas 
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas. 

Otro día 
veremos la resurrección de las mariposas disecadas 
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos 
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua. 
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! 
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero, 
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente 
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato, 
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan, 
donde espera la dentadura del oso, 
donde espera la mano momificada del niño 
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul. 

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. 
No duerme nadie. 
Pero si alguien cierra los ojos, 
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo! 

Haya un panorama de ojos abiertos 
y amargas llagas encendidas. 

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. 
Ya lo he dicho. 
No duerme nadie. 
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes, 
abrid los escotillones para que vea bajo la luna 
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.




miércoles, 1 de junio de 2016

Conciencia

Nuestra especie se encuentra asentada en una de las miles esferas que se encuentran en nuestro universo, poblada de una gran inmensidad de seres vivos.
Lo que nos dota de esa pincelada de vida es la capacidad de encoger corazones, gritar de dolor, que nuestro ser se paralice, que sintamos la necesidad imperiosa de huir de nuestro espacio vital y añadir experiencias nuevas a nuestra alma vacía, y sobre todo, el establecer relaciones entre los seres que nos rodean. Estas relaciones están basadas en el respeto, en el amor, en algo tan básico como encender una llama  y comprometernos a protegerla y a no dañarla y que ningún alma maliciosa se atreva a apagarla.
Muchas veces desaparece dentro de las ideas que frecuentan nuestra mente que no habitamos solos. Igual que nuestro interior, el exterior debe estar equilibrado, si no la cordura desaparecerá.
Todo esto es muy bonito de decir, ¿no? Suena bien.
En la zona en la que habito sigue vigente e incluso amparada por la ley una tradición que debería helar la sangre de todo ser que lo presencia, pero que, por contrapartida, alegra, provoca sentimientos de diversión y malicioso entretenimiento.
A lo largo de mi vida ha habido muchos incidentes que han sido objeto de mi curiosidad, algunos los he logrado comprender, otros los he aplazado para entenderlos cuando mi mente envejezca y haya vivido más; sin embargo, siempre hay uno que se ha quedado incrustado y se resiste a cualquier punto de vista que lo arranque de la zona en la que siempre ha estado: en la incredulidad completa.
No hay nada que no te hayan hecho ya. Fuego, lanzas, palas, cuerdas... Ya se han inventado todas las formas para provocar tu muerte, todas cada cual más dolorosa en las que sales evidentemente perjudicado.  Lo has soportado todo ya. Podría decirse que eres un vertedero en el que guardamos y descargamos los desechos que ya nos pesan demasiado. La transferencia de problemas para eximirse de ellos es algo muy gratificante en el alma siempre. Miedos y ansiedades que constituyen una mezcla mal amasada que se traduce en violencia, hacia ti, por supuesto. Debe ser que la conciencia es una cualidad exclusiva de ciertos humanos.
Se me encoje el alma al observar estos animales en la vida libre. Grandes y voluminosos, son imponentes a la par que mansos. Su mirada es algo increíble. Transmiten serenidad, belleza, inocencia. Nobles, son ajenos a lo que les va a ocurrir  más tarde.
Es curioso los berenjenales en los que nos metemos los humanos. Siempre nos las arreglamos para estropear todos los ingeniosos mecanismos que la naturaleza ha dispuesto con amabilidad. De hecho, es mi propia especie la que participa en la "matanza digna" de este animal.
Porque, el hecho de morir lentamente delante de un coro que vitorea a favor de tu muerte ejecutada por un verdugo disfrazado de luces confusas mientras se burlan de tu existencia rezuma dignidad. He de decir que incluso hay caballos, primos hermanos tuyos, que son cómplices sin ellos quererlo de tu muerte, ya que les tapan los ojos para que no se percaten de la atrocidad que están haciendo.
Cada día que pasa intento entender el por qué de toda esta locura, quizá la razón que más entiendo es la cantidad de ingresos que acumula, ya que desgraciadamente, personas de otros países asocian esta estúpida tradición con nuestro país. Es curioso a la par que terrorífico analizar el hecho de que hay millones de humanos, con mis mismas cualidades psicológicas, con la misma estructura cerebral que apoyan este hecho, y además, disfrutan con ello. Muchos rebatirán estos argumentos con la insostenible idea de que es una afición, como a quien le gusta el fútbol. En el fútbol que yo tenga constancia a los jugadores no se les tortura hasta la muerte. Pero bueno, tengo que admitir que no me considero seguidora de este deporte así que será eso. A lo mejor es que nos estamos equivocando al definir el concepto de "humanidad", del latín humanitas,  que se define como la benignidad, mansedumbre y afabilidad. ¿Afabilidad consiste en matar y disfrutar de ello? Me parece que os equivocáis, lingüistas.
Si tuviera la oportunidad de hacer algo, de parar esta locura, lo haría. Y lo estamos haciendo. Por suerte, hay personas (entre las que me incluyo) cuyo ser se estremece al oír tales noticias sobre tu humillante e injusta muerte. Cada vez es menor la proporción de personas que carecen de conciencia y están a favor de esta atrocidad. Lentamente, pero lo estamos erradicando.
Ya es cada vez menos un sueño y más una realidad.
(Dibujo tomado de Luiso García)